¿Qué sabemos del Óxido Nitroso? - Sedación dental Anestdent
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¿Qué sabemos del Óxido Nitroso?

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El óxido nitroso (N2O), también conocido como gas de la risa, es un gas anestésico ampliamente utilizado con fines ansiolíticos y sedantes sobre todo en el ámbito odontológico, en la conocida, sedación consciente. Esta técnica se aplica a casos de pánico al dentista u odontofobia y, por otro lado, a procedimientos largos como la colocación de implantes. Revisando la red hemos encontrado algunas afirmaciones ciertas y otras no tanto sobre este gas que nos gustaría aclarar. 

El óxido nitroso (N2O) es el anestésico más antiguo conocido con ese fin. 

Joseph Priestley fue el primero que consiguió aislar óxido nitroso (1772, Inglaterra). Fué Sir Humphry Davy el que en 1798 detectó los efectos hilarantes en su propia persona y el efecto analgésico y sedante que era capaz de calmar un dolor dental que sufría. Sin embargo, a pesar de este hallazgo, sus primeros usos fueron exclusivamente lúdicos por su capacidad de inducir la risa, en fiestas privadas y eventos sociales. 

Fue en unos de esos eventos donde Horace Wells (1844, Connecticut) presenció una demostración del gas, siendo testigo de cómo otro usuario en estado de euforia se lesionaba accidentalmente sin notar ningún dolor hasta el final del efecto del gas. Posteriormente aplicó los efectos sobre sí mismo para la extracción de una muela y, ante los beneficios para la odontología, recomendó a sus pacientes su uso.

Actualmente es ampliamente usado en la sedación consciente en casos de pánico al dentista u odontofobia.

El óxido nitroso es un gas inocuo.

Al ser un gas medicamentoso tiene su ficha en el registro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dónde se recogen sus posibles efectos adversos en el uso para la sedación consciente. 

Entre estos efectos secundarios de menor a mayor gravedad y podemos encontrar: 

  • Náuseas y vómitos. 
  • Euforia, vértigo, sensación de intoxicación, cuando se administra como agente único. 
  • La administración o la exposición repetida pueden provocar adicción. 
  • El uso prolongado o frecuente puede provocar alteraciones medulares megaloblásticas, mieloneuropatía y degeneración combinada subaguda de la médula espinal. No se debe utilizar óxido nitroso sin una estrecha supervisión clínica y controles hematológicos.
  • Se ha observado toxicidad neurológica en pacientes con déficit subclínico de vitamina B12 no diagnosticado tras una única exposición al óxido nitroso durante la anestesia.

Puede usarse en todos los pacientes.

Cómo todos los fármacos el óxido nitroso posee contraindicaciones y precauciones según la situación clínica del paciente al que se le administra para la sedación consciente. 

Una peculiaridad es que durante la inhalación de Óxido Nitroso, las burbujas de gas y gases alojados en cavidades del cuerpo pueden expandirse debido a un aumento de la difusión del Óxido Nitroso. Por lo que está contraindicado en:

  • Derrames aéreos no drenados, en particular intracraneal o neumotórax, enfisema globuloso.
  • En pacientes que han recibido recientemente una inyección de gas intraocular, hasta asegurarse que el gas inyectado se ha reabsorbido completamente. Existe riesgo de una expansión mayor de las burbujas del gas que pueden conducir a una ceguera.
  • Administración durante un tiempo superior a 24 horas.

Las situaciones en las que se debe tener especial precaución son:

  • En caso de producirse un episodio de hipotensión o una insuficiencia circulatoria durante la administración de Óxido Nitroso en una persona con insuficiencia cardiaca, se debe detener la administración de dicho gas.
  • En cirugía de los senos y del oído interno. 
  • En caso de embarazo no se deben sobrepasar concentraciones del 50% de óxido nitroso. 

Al combinarse con otros fármacos aumentan sus efectos

Ciertamente la administración conjunta con otros fármacos sedantes como las benzodiazepinas (alprazolam, midazolam, bromazepam, diazepam) aumentan los efectos de ambos durante la sedación consciente en casos como la conocida odontofobia o pánico al dentista. El objetivo de combinar estos fármacos es pasar de una sedación mínima o moderada a una sedación moderada o profunda. En estos casos, al tratarse de una sedación moderada o profunda, el odontólogo debe estar preparado para realizar, en caso de reacciones adversas, el rescate del paciente de una sedación de un grado mayor y más profunda del intencionado. Dentro de las aptitudes y habilidades del odontólogo para el rescate del paciente en caso de una sedación más profunda de la intencionada o de aparecer efectos adversos, destaca la práctica de coger una vía intravenosa, como portal de acceso, para la dispensación del fármaco reversor, si existe, o fármacos de urgencia.