Visitar al dentista puede ser una experiencia alarmante para muchas personas, desencadenando sensaciones de nerviosismo o preocupación conocidas como ansiedad dental. Este fenómeno es bastante común y surge como una respuesta emocional natural ante situaciones percibidas como incómodas o amenazantes en el entorno dental.
En este artículo, exploramos en profundidad qué es este fenómeno, por qué lo experimentamos y cómo podemos controlarlo para que no interfiera en nuestra salud oral.
¿Qué es la ansiedad dental?
La ansiedad es un mecanismo de defensa natural del organismo frente a un estímulo que es percibido como amenazante o peligroso, que puede reflejarse en el cuerpo a través de una sintomatología desagradable.
Así, la ansiedad dental es una respuesta emocional natural del cuerpo ante situaciones relacionadas con el cuidado dental. Puede manifestarse como un sentimiento de nerviosismo, inquietud o temor.
¿En qué se diferencia la ansiedad dental de la odontofobia?
La ansiedad dental se diferencia de la odontofobia en que esta es una fobia específica dentro de los trastornos de ansiedad, haciendo referencia al miedo extremo e irracional a los procedimientos dentales o a los dentistas. Muchas personas con odontofobia evitan ir al dentista debido a este miedo irracional.
A su vez, la ansiedad dental es un nivel más moderado de preocupación, nerviosismo o estrés asociado a las visitas al dentista o a los procedimientos dentales, que no llega a alcanzar la intensidad de la odontofobia ni es tan incapacitante.
¿Por qué experimentamos ansiedad dental?
Este miedo es bastante común y existen varias razones por las que las personas podemos experimentarlo. Algunas de las más comunes incluyen:
- Experiencias previas negativas en el dentista, como dolor o incomodidad durante el tratamiento.
- La falta de control durante los procedimientos dentales.
- El miedo a sentir dolor o a no estar seguro de qué esperar durante el tratamiento.
- El miedo a las inyecciones o a las agujas.
- La preocupación por los costos del tratamiento dental.
¿Cómo podemos controlarla?
Afortunadamente, existen varias estrategias que se pueden usar para manejar la ansiedad dental sin descuidar la salud bucodental. Si necesitas ayuda para enfrentar el malestar provocado por tener que ir al dentista, toma nota de los siguientes trucos:
- Habla con tu dentista sobre tus preocupaciones y tu malestar. El profesional en cuestión podrá darte información sobre los procedimientos y desmontar mitos para calmar tu ansiedad. Además, puede ofrecerte opciones en sedación que te faciliten controlar el miedo durante el tratamiento.
- Usa técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, antes y durante la visita al dentista.
- Buscar el apoyo de amigos y familiares. Estos pueden acompañarte física y emocionalmente durante el proceso y hacerte más fácil la intervención.
- En el caso de que sientas que la situación te supera, también puedes buscar ayuda profesional psicológica.
La ansiedad dental es una experiencia común, pero no tiene por qué impedirnos obtener el cuidado dental que necesitamos. Al hablar con nuestro dentista y utilizar técnicas de manejo de la ansiedad, podemos asegurarnos de que nuestras visitas al dentista sean lo más cómodas y libres de estrés posible.
Si tienes dudas sobre cómo la sedación dental puede ayudarte con tu miedo al dentista, contacta con nosotros para más información. ¡Estaremos encantados de ayudarte!
